viernes, 28 de marzo de 2008

ESPERANZA Y EL TEATRO PARA VIEJOS

De Esperanza Aguirre cuentan los chismosos que, cuando era ministra, comentó: “Carmina Burana, qué buena cantante gallega”. No he podido confirmar que tan descomunal confusión sea genuina, pero sí puedo afirmar de primera mano que ella confunde, porque está engañando con lo del teatro para viejos a tres euros los jueves.
Lamentablemente para cuanto todavía quisiera escribir, cumpliré sesenta y siete años el 9 de agosto próximo. Por consiguiente, tendría derecho a ir al teatro los jueves pagando tres euros, por lo que al oír la publicidad, me entusiasmé. El jueves de la semana pasada, realicé un arduo recorrido por la Gran Vía y alrededores (arduo para mí, porque soy un infartado cerebeloso). NINGUNA FUNCIÓN DE ÉXITO ES ACCESSIBLE A 3 EUROS. En las taquillas de “La bella y la bestia” me dijeron sencillamente “no estamos concertados”; en otros teatros con éxitos notables, la taquillera me ofreció a 3 euros entradas para la función de una obra secundaria, en horarios imposibles, pero NUNCA PARA LOS ÉXITOS. No es cierto que los mayores podamos ir los jueves al teatro pagando tres euros, a menos que nos guste el teatro parroquial o amateur.
Vivo en Chamberí, un barrio de Madrid lleno de viejos como yo. No hay tantos inmigrantes como unas manzanas más arriba, no comprendo por qué. Lo que sí hay es bastantes ofertas de precios rebajados para mayores de sesenta, como los gimnasios. Como infartado y diabético, estoy obligado a hacer ejercicio diariamente. En mi gimnasio, precisamente uno que acaba de abrir, muy lujoso, pago menos que los jóvenes. PERO NO TENGO LOS MISMO DERECHOS. Sólo puedo ir en horarios restringidos, casi ridículos. Por lo tanto, entiendo que no es que me cobren menos, sino que me dan un servicio parcial. O, lo que es mucho peor, recibo trato discriminatorio. Y ojo: mi gimnasio no es lo único. Los demás gimnasios de por aquí hacen lo mismo (lo que seguramente será ilegal), pero hay bastantes cosas (como los viajes) ofertadas a precios bajos para sesentones que son desposeídas de aspectos fundamentales. O SEA AMIGO: EL DESTINO QUE LE ESPERA COMO JUBILADO NO ES EL DE LA BARATURA, SINO EL DE LA DISCRIMINACIÓN.

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